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La capacidad de Delaunay tan unida a la vida moderna se fue modelando también gracias a las revoluciones tecnológicas. Por eso, un segundo gran símbolo de la obra de Robert Delaunay es esa Torre Eiffel quebrada como una catedral gótica, que recuerda tanto a sus compañeros de generación cubistas. A la vez, Delaunay destacaba la Torre Eiffel como la estación de radio cuyas ondas, esféricas, se podían propagar por todos los confines del Universo, igual que nuestros sentidos. Por todo esto, para él, la torre era «el objeto más grande creado por el hombre». En un principio Delaunay centró la vivencia en la Torre Eiffel, que tantas veces y tan repetidamente pintaría desde 1909, veinte años después de que ella se enseñoreara de París, dominándolo y singularizándolo. El artista se planteó el problema real de imagen de aquella obra, entonces de alta tecnología, y del lugar y emplazamiento en donde se encontraba, la ciudad más significativa de la cultura occidental. Si había que elaborar esa simbiosis y se recurría al realismo representativo, la torre resultaba empequeñecida, puesto que las leyes renacentistas de la perspectiva atentaban su presencia visual rebajándola, cuando, en realidad, desde cualquier parte de la ciudad desde la que se la mire, siempre se muestra dominante, enhiesta y esbelta. Cuando nos aproximamos, surge como una aquella lanza que hiende el cielo parece que se ladee y se acerque a nosotros, como envolviéndonos. Si la miramos desde su base, su cima se alarga indefinidamente, pero si la vemos desde arriba vista se abaten sus soportes como trincándose. Pero, ¿cómo mostrar con colores --los poetas estaban haciéndolo con palabras y los músicos con sonidos--todas esas sensaciones vividas, reales?; ¿cómo unificar París con su torre Eiffel y la gente que allí vive trabaja y se divierte? Para Delanuay la desarticulación del todo por medio del color lo conseguiría. Así sucedió y ahí están esas torres Eiffel sentidas y mostradas, desde unas quince perspectivas distintas. De la Torre Eiffel hemos seleccionado la siguiente obra:
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