Se dice que un objeto
es autosemejante si se puede construir a partir de copias semejantes, en el
sentido de las transformaciones geométricas de sí mismo. La propiedad de un
fractal de poseer detalle a todas las escalas de observación, se puede completar
indicando que un fractal no tiene ninguna escala característica o lo que es lo
mismo todas las escalas son "buenas" para representar un fractal.
Un fractal es un objeto que exhibe recursividad, o
autosemejanza a cualquier escala,
es decir, tiene la propiedad de que una pequeña sección suya puede ser vista como una réplica a menor
escala de todo el fractal. Un ejemplo ilustrativo que muestra este concepto
mediante la realización de un zoom sobre el fractal de Mandelbrot, puede verse en esta película.
Helecho de Barnsley
Veamos otro ejemplo
enfocando una porción
cualquiera de un objeto fractal (imaginemos que utilizamos un magnificador, o
hasta un microscopio, para ello), notaremos que tal sección resulta ser una
réplica a menor escala de la figura principal.
De una forma mas rigurosa, podríamos decir que en general, F es una estructura autosemejante si puede
ser construida como una reunión de estructuras, cada una de las cuales es una
copia de F a tamaño reducido (una imagen de F mediante una
semejanza contractiva).
Un aspecto final a destacar, es el relativo la
medición. Con carácter general esta depende de la escala escogida para realizar la observación y en los fractales esa escala significa
autosemejanza. Autosemejanza tan perfecta, que
sería imposible distinguir una instantánea de un fractal a escala 1 que otra
hecha a escala 200, simplemente por la autorrecurrencia que muestran los objetos
fractales, por su simetría dentro de una escala, por su pauta en el interior de
una pauta. Los objetos fractales están formados por copias más o menos exactas
de partes de sí mismos.
De izquierda derecha: segunda, tercera y cuarta iteración del
cuadrado, o alfombra, de Sierpinski.