La
escritura y la imagen en la Edad Media.
En la Edad Media, el Cristianismo utilizó la representación
gráfica como el medio mas eficaz
de comunicación elemental. Utilizando la habilidad
gráfica de anónimos creadores elabora una
política de imagen gráfica que va desde los ingenuidad de las
catacumbas hasta el esplendor de Bizancio.
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1. Anónimo. Monograma de
Jesucristo
2. Emperador Carlomagno: Monograma personal
En el plano gráfico es fundamental la implantación de la escritura carolingia
en toda Europa por Carlomagno, como unidad de expresión de todo el continente.
Su idea de la cultura gráfica se plasma en su monograma personal; con el solía
rubricar sus documentos y en el mismo se resume perfectamente en un signo gráfico
su nombre latino.
En los siglos VIII y IX en los escritorios de los conventos, se realizan códices
según un sistema de división del trabajo, con una admirable unidad de
escritura e imagen. Los fondos no se limitan a los textos cristianos, ya que se
copiaban también textos literarios y científicos, lo que permitió conservar y
trasmitir para la posteridad obras de la literatura griega y romana, así como
los escritos científicos, e incluso árabes, de geografía, astronomía botánica
y medicina.
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1. Liber
Regius, de Ali ibn Abbas (siglo X) 2. Libro de Kells, (siglo VIll - IX)
Hasta el siglo XII los
evangelios se ilustraban con imágenes de Cristo, circundado de los
cuatro animales del Apocalipsis y de los cuatro evangelistas: Mateo, Marcos,
Lucas y Juan, cada uno con su símbolo. Otro tema decorado en los manuscritos
eran las letras iniciales de los párrafos o capítulos. Ya en tiempos del
Imperio romano se había dado a estas iniciales dimensiones mayores y
generalmente se realizaban con una ornamentación especial, en color rojo
producido con minio o cinabrio.
En los monasterios medievales se desarrolló rápidamente
esta costumbre. Las iniciales fueron tomando creciente formato,
acompañadas de entrelazados y encuadres de progresiva perfección artística.
Estas grandes iniciales ornamentadas se iluminaban con diferentes colores y
a veces, eran además decoradas con oro o plata. Posteriormente, se pasó
a pintar escenas enteras compuestas en ellas
Libros típicos españoles son los Beatos, llamados así
del nombre de su autor, San Beato de Liébana, abad del monasterio de Valcavado,
que escribió unos Comentarios al Apocalipsis muy difundidos en la Edad Media y
cuyo texto se prestaba extraordinariamente a la representación pictórica.
Otros libros típicos son los devocionarios llamados libros de horas, que debido
a que contenían las oraciones que
contienen debían ser leídas a determinadas horas del día. Por lo general eran
de formato reducido y sus ilustraciones no se limitaban a escenas de la vida de
Cristo, sino que además mostraban, sin ninguna relación con el texto,
paisajes, escenas de caza o de guerra, cortejos festivos o escenas de costumbres
burguesas y campesinas.
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