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Santiago Amón
Blas Pajarero. Fragmento del texto publicado en el Anuario de Castilla y León,
1989. Editorial Ámbito. Valladolid
... Eran los años cincuenta y España,
cerrada a cal y canto, era oscuro y mágico tránsito de algunos muy contados
seres que como él andaban con su figura a media voz por los desiertos de la
inmensa marginación, cual seres del exilio interior. Sus palabras diríase que
nos guarecían de la noche, que nos cobijaban de tanta orfandad reinante, que nos
eran, ya lo creo que nos eran, páginas de libros prohibidos, memoria de lo tan
tercamente emborronado, antecedente en que apoyarnos. Así, los duelos nos
parecían menos, cuando él, mi Santiago Amón, estaba con nosotros a los vinos del
mediodía en las rutas del blanco, a las ginebras de la tarde, a los pocillos del
tinto en el anochecido, al apoyo de los mostradores desde donde nos salmodiaba
con su saber inundado de mágica memoria, lleno de paradojas. Y no era imponerse
a los demás, era su alegría de saber enseñar. Luego serían las tantas, y ya
trancados los usuales bebederos y hechas nuevas levas entre el personal, había
que irse a la Cantina de la Estación a perder trenes y ganar tiempo para
escuchar aquellos sus floridos parlamentos prodigiosos, donde su memoria
recitaba páginas de San Juan de la Cruz traídas a cuento de otras de Francisco
Pino, para pasar de seguido al Arcipreste añadido de Migueles Hernández,
Machados y Unamunos. Sabía además todo Maiakovski-Federico-Alberti y más de lo
que hubiera creído haber escrito su más amado, Don César Vallejo, ya muerto por
entonces en París, un jueves con aguacero. Y entre unos y otros, largas citas de
Bergson, de Marx y su yerno, de Hegel y luego Picasso, Van Gogh, Kandinski,
Goya, Antoñito López, lo abstracto, el constructivismo y el cubismo con vuelta a
Valdés Leal para llegarse a Pepe Hillo, situar las suertes del toreo, adentrarse
en liturgias taurinas y de las otras, rememorando tiempos de seminarista, de
cuando paseante por la calle Mayor de Palencia... fábulas... invenciones...
buscas del tiempo perdido en la larga marcha junto a otros seres también
"náufragos y colindantes"....
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